Hay momentos en la vida en los que siento que estoy en la cima del mundo, en donde tengo la sensación de poder hacer todo lo que me imagine y seguir por ese camino toda la vida.
Hay momentos en los que la emoción llena mi pecho, haciéndome sentir que hay cosas por las que vale seguir adelante, sin importar los obstáculos que se nos pongan en frente, por que al final sé que las cosas cobran sentido una vez que se obtiene la recompensa.
Hay momentos en donde mi vida se llena de indiferencia, donde realmente lo que sucede a mi alrededor me deja de importar y me siento como un alma más en este planeta lleno de personas que son como granos de arena en la playa, cada una viajando a su ritmo por el viento pero que a la distancia se ve uniforme.
Hay momentos en los que la confusión invade mi ser, creando un sentimiento de angustia que no puedo llegar a explicar, donde las preguntas parecen no tener respuestas y que la vida se complica cada vez más, haciendo que pierda el equilibrio a cada paso.
Hay momentos en los que la desesperación se apodera de mí, y me niebla los pensamientos, provocando una serie de actos anormales.
Hay momentos en los que la tristeza opaca mi mundo, llena de tonos pálidos mi entorno y me desconecta de la racionalidad y me hace sentir como que la vida perdió todo sentido, siendo imposible para mi encontrar solución alguna a lo que me sucede, y de manera inexplicable, me dejo llevar por ese sentimiento de amargura.
Hay momentos en los que me doy cuenta que todo es un círculo, que no todo el tiempo las cosas son como yo quisiera, y estoy consciente de que la monotonía de las cosas, incluyendo las que más se disfrutan, llegan a cansar, y es necesario tener todas estas fases para que se pueda experimentar lo interesante de la vida, aprendiendo a valorar los buenos momentos y sobrellevando los malos.
Finalmente, he aprendido que la variedad trae consigo cosas de provecho, y que soy yo mismo gracias a estos momentos.
Hay momentos en los que la emoción llena mi pecho, haciéndome sentir que hay cosas por las que vale seguir adelante, sin importar los obstáculos que se nos pongan en frente, por que al final sé que las cosas cobran sentido una vez que se obtiene la recompensa.
Hay momentos en donde mi vida se llena de indiferencia, donde realmente lo que sucede a mi alrededor me deja de importar y me siento como un alma más en este planeta lleno de personas que son como granos de arena en la playa, cada una viajando a su ritmo por el viento pero que a la distancia se ve uniforme.
Hay momentos en los que la confusión invade mi ser, creando un sentimiento de angustia que no puedo llegar a explicar, donde las preguntas parecen no tener respuestas y que la vida se complica cada vez más, haciendo que pierda el equilibrio a cada paso.
Hay momentos en los que la desesperación se apodera de mí, y me niebla los pensamientos, provocando una serie de actos anormales.
Hay momentos en los que la tristeza opaca mi mundo, llena de tonos pálidos mi entorno y me desconecta de la racionalidad y me hace sentir como que la vida perdió todo sentido, siendo imposible para mi encontrar solución alguna a lo que me sucede, y de manera inexplicable, me dejo llevar por ese sentimiento de amargura.
Hay momentos en los que me doy cuenta que todo es un círculo, que no todo el tiempo las cosas son como yo quisiera, y estoy consciente de que la monotonía de las cosas, incluyendo las que más se disfrutan, llegan a cansar, y es necesario tener todas estas fases para que se pueda experimentar lo interesante de la vida, aprendiendo a valorar los buenos momentos y sobrellevando los malos.
Finalmente, he aprendido que la variedad trae consigo cosas de provecho, y que soy yo mismo gracias a estos momentos.
Muy cierto hay momentos en la vida
ResponderBorrar